Una tregua para mí
Me recosté en el suelo para escoger de dentro de lo más absurdo lo más certero, de dentro de lo más hiriente lo más honroso, de lo más tedioso, racional y aburrido, lo único hacedero, absurdo y animado…
Tiré junto a un tacho un par de comentarios, advertencias, sermones, opiniones y también algunos reproches…
Guardé en una caja la sonrisa que olvidé esbozar, con ella un recuerdo que siempre estaba recostado en el sofá, un par de escusas que no quise escuchar, una mentira bien estructurada que me costó mucho trabajo inventar, y algunas cosas viejas de uso personal…
Encontré una ilusión que andaba perdida en un bosque de desolación, una sed que tuvo que pernoctar en un desierto de sal, un timbre de voz estridente que pretendía ser diluido por el viento, encontré un universo de abrazos un hemisferio de besos y una sola estrella que arrastraba aún un sentimiento… los vestigios de una gran poeta, los textos de un narrador y las ilusiones de una niña…
Encontré una oportunidad desperdiciada, un alma a oscuras, una sonrisa dilapidada, un gesto minúsculo y nada concreto, una lágrima miedosa y avergonzada, una frase que se acompañaba de un suspiro, una canción que por descuido pasó a ser parte del olvido y un corazón declarado en rebeldía..
Y al fin…
Enmendé las piezas de un alma que caminaba a tientas, me encargué de apresarla y traerla conmigo, dibujé una sonrisa, corregí un gesto, ahuyente una lagrima, borré una frase, suprimí un suspiro, saque de mi memoria un par de canciones y le propuse una tregua a mi corazón…
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